Un Pésaj de serenidad y unidad

Hemos quedado para celebrar el Pésaj, por fin libres de reunirnos con nuestras familias y en grupos de referencia tras tres años de pandemia, con el entusiasmo y el sano trabajo para organizar la tradicional cena del Séder con todas las atenciones prescritas por ley divina, ley rabínica o ley de la casa. Y el primer pensamiento se dirige justo a este compromiso logístico, pero fundamentalmente moral, para hacer que las personas, cerca o lejos de nosotros, se sientan parte de la comunidad y de una asamblea que los acoge con placer y donde son huéspedes apreciados.
Los significados de la fiesta son profundos y múltiples – sobre todo la liberación de la esclavitud y la constitución de un pueblo unido por un estatuto y una meta – y cada año nos damos cuenta de que no estamos celebrando solo la memoria de los acontecimientos pasados, sino la manera en la que vivimos nuestro presente y los desafíos existenciales que se nos presentan. Se trata de desafíos que conciernen a nuestras comunidades y a la relación con el contexto sociopolítico con el que nos relacionamos. Hay que reconocer cómo aún estamos inmersos en una situación que limita nuestra libertad y seguridad de una forma ideal, pero en muchos contextos también real, y con qué energía y recursos trabajamos para ser libres y capaces de determinar el camino de nuestras vidas.
Celebrando este año también el setenta y cinco aniversario de la adopción de la Constitución republicana italiana, hemos querido, como UCEI, dedicar una serie de encuentros y publicaciones a las distintas declinaciones del artículo 3 (Principios fundamentales > Igualdad), con entusiasmo y atención por lo que ocurre a nuestro alrededor y con una contribución de pensamiento judío con respecto al principio constitucional.
Incluso en lo relativo a nuestra fiesta de Pascua (Pésaj), creo que es necesario recordar, por su valor universal y también por lo que esperamos de Italia, los principios que nos guían y que transmitimos de generación en generación. Me refiero al recuerdo de cuando éramos extranjeros en el antiguo Egipto y de lo esencial que es reconocer que cada ser humano es digno de su vida, de atención y de acogida; de lo fundamental que es identificarse en aquella generación del desierto que salía de Egipto y participar activamente en dicho proceso de liberación, sin limitarse a escuchar su narración. Hay que contar a los hijos lo que pasó con preguntas o cuestiones según una dialéctica de investigación y de escucha.
Estos imperativos se dirigen a nosotros y han sido reafirmados desde siempre; los vivimos no solo con un sentido de responsabilidad, sino también de alegría, porque sabemos que en los años estratifican el sentido de pertenencia a un pueblo y a una comunidad. Dirigimos estos imperativos asimismo – como contribución de valores, pero también de expectativa de coherencia – en sentirnos italianos y, en especial, hacia quien hoy gobierna Italia y determina su camino. De echo, la Historia de la esclavitud pertenece también a Italia, durante la sumisión al fascismo y la invasión nazista. Esta historia solo se puede contar por como fue, con nitidez y responsabilidad, y no se puede silenciar o contar con ligereza y distorsión.
Dentro de pocas semanas, el 25 de abril, en Italia también se va a celebrar la Fiesta de la Liberación. Es una fecha identitaria para nosotros los italianos, a la que asociamos todos los significados de la fiesta que estamos celebrando en estos días y en espera de la cual vamos a reafirmar con fuerza verdad y responsabilidad.
Que la semana de Pésaj sea llena de alegría y serenidad. Que sea portadora de unidad y capacidad de reconocerse como pueblo en el camino de la memoria, de saber milenario, de atención a los jóvenes, quienes, al mismo tiempo, nos enseñan a ser valientes y a confiar para afrontar, para seguir construyendo y sosteniendo a Israel y a nuestras Comunidades.
Chag Pesach Kasher Ve Sameach

Noemi Di Segni, presidenta de UCEI

Traducido por Francesca Pischedda y revisado por Diana Drudi, estudiantes de la Escuela Superior de Intérpretes y Traductores de la Universidad de Trieste, pasantes en la oficina del periódico de la Unión de las Comunidades Judías Italianas – Pagine Ebraiche.