“No demos paso al odio”

“Yo soy judía, soy mujer, soy vieja… Soy el objetivo perfecto del odio. Y experimenté este odio personalmente, pero nunca lo he trasmitido. Yo fui como una mariposa amarilla que vuela por encima del alambre de púas, con el que nunca más he querido nada que ver”. Desde el Memorial de la Shoah de Milán, la senadora vitalicia Liliana Segre quiso recordar lo que significa cometerse contra cualquier tipo de discriminación e intolerancia, subrayando la importancia de dar señales a Italia a través de actos concretos, como la reconfirmación de la Comisión parlamentaria que ella misma quiso para contrarrestar el odio.
Logró hacerlo durante una conferencia en el Observatorio para la seguridad contra los actos discriminatorios (Oscad), titulada “Las víctimas del odio”, centrada en el tema del antisemitismo y de las demás formas de intolerancia y discriminación y con las intervenciones de expertos y estudiosos. El ministro del Interior italiano Matteo Piantedosi estaba al lado de la senadora vitalicia y remarcó la importancia de la Memoria y de las palabras de los Testigos de la Shoah.
Mario Calabresi entrevistó al ministro, quien afirmó que “el fenómeno del odio forma parte de la naturaleza humana. Sin embargo, como demuestran las relaciones de esta conferencia, tenemos las herramientas y los anticuerpos para contrarrestarlo”. Pero, como se ha declarado en algunas intervenciones, las redes sociales complican la situación. Según lo afirmado por el ministro del Interior, por la facilidad con la que se puede acceder a una cuenta y por la sensación de anonimato, las redes sociales se han convertido en un canal privilegiado para la transmisión de las palabras de odio. Y la senadora vitalicia es uno de los objetivos principales de este odio.
El ministro afirma que es necesario trabajar sobre una comunicación de signo contrario y que “hay que curar los mensajes negativos con mensajes positivos”, según el ejemplo del compromiso de Liliana Segre. La senadora se ha convertido en un punto de referencia para las consciencias italianas, pero no es optimista respecto al futuro. “La mayoría de los chicos con los que hablo son extraordinarios. El 90 % de ellos prestan mucha atención, los que se distraen o los que se desinteresan de mis palabras son poquísimos. Sin embargo, con los años mi esperanza en ellos desvanece cada vez más, dado que vivimos en una época en la que nos olvidamos cada día de lo que pasó el día anterior, porque nos interesan más otros temas”, explicó.
El Memorial de la Shoah de Milán sigue siendo un presidio fundamental para que esto no pase. “A partir del 1 de enero del año pasado, más de 100 mil personas han visitado el Memorial, 60 mil de estas son estudiantes”, afirmó el presidente de la Fundación Roberto Jarach durante su discurso de apertura. “Nuestro camino ha visto el aumento de la preparación de los estudiantes en visita, que se han acercado con consciencia, percepción y valoración. No se trata de un viaje escolar normal”.
La conferencia del Oscad, que se abrió con la intervención de su presidente, el prefecto Vittorio Rizzi, se focaliza en dos temas: el peligro del antisemitismo y, más en general, de las palabras de odio. Stefano Gatti, investigador del Observatorio Antisemitismo de la Fundación Cdec, subrayó que “a partir de hace veinte años hasta nuestros días, el fenómeno del antisemitismo ha visto un recrudecimiento significativo a nivel mundial”.
La crisis económica y la pandemia marcaron “un regreso de antiguos prejuicios”, que se exprimen sobre todo en línea. Los casos de amenazas y violencias están tomando forma también sin conexión. En este sentido, según Uriel Perugia, secretario general de UCEI, denunciar es fundamental. “Pueden ocurrir no solo casos de minimización del fenómeno por parte del sistema, sino también de las víctimas”. Añadió que las denuncias son cruciales tanto como la recogida de información, el empleo de instrumentos judiciales y legislativos, la formación de entidades responsables y su cooperación. Es un elemento que invocaron también los representantes de la Oficina Nacional contra las Discriminaciones Raciales (Unar, por su sigla en italiano), del Oscad y de los carabinieri (uno de los cuerpos militares del Estado italiano).
La profesora Milena Santerini alerta sobre la penetración del lenguaje del odio afirmando que: “No tenemos que subestimar el clima de odio presente en nuestra sociedad”. Se trata de un odio que se hace patente en las redes sociales y que luego se traslada a la vida real. “El problema es que hemos subestimado el poder de las redes sociales. Las investigaciones nos muestran que somos más vulnerable de lo que pensábamos”.

Traducido por Francesca Pischedda y revisado por Diana Drudi, estudiantes de la Escuela Superior de Intérpretes y Traductores de la Universidad de Trieste, pasantes en la oficina del periódico de la Unión de las Comunidades Judías Italianas – Pagine Ebraiche.