“Israel se parecerá pronto a Holanda: todos en bici por las calles”
Sylvan Adams, presidente honorario del comité de la Gran Partida del Giro de Italia y copropietario de la Israel Cycling Academy, pone de manifiesto su objetivo: convertir Israel en un “paraíso de la bicicleta”. Lo dice exactamente así y, en este sentido, el Giro de Italia representa un punto de partida fundamental para alcanzar metas ulteriores.
“Lo voy a lograr, lo vamos a lograr. Eso es cierto”, dice sonriendo.
“Por lo que atañe al ciclismo, Israel tiene un gran potencial aún por descubrir. La Academy ha abierto camino a este proceso, sembrando esperanza y sobre todo certeza. Hoy tenemos un equipo que puede destacar en toda carrera, y en este Giro lo vamos a demostrar, y también un equipamiento profesional que antes no teníamos. Es una cuestión de educación y de formación. Las premisas son muy buenas.” Piensa, más en concreto, en Tel Aviv, donde este magnate de origen canadiense, hoy nacionalizado israelí, ha decidido vivir y manejar sus negocios.
Adams añade: “Tiene todas las características que sirven para ser la ciudad israelí de la bicicleta. Las condiciones urbanísticas, pero también las climáticas, son favorables. Esta ciudad será muy pronto el Ámsterdam del Oriente Medio”.
Para acelerar este proceso está usando recursos diferentes, no solamente económicos, como ya lo hizo con la operación compleja por medio de la que llevó el Giro de Italia a Israel. En concreto, estos recursos sirven para crear en Tel Aviv un velódromo puntero en el sector.
“Aquí está el proyecto”, dice orgulloso enseñándolo en la pantalla de su móvil. Moderno, fascinante, multifunción. Es un gran regalo para los profesionales y los aficionados locales.
Adams pontifica: “No existe nada parecido en todo el Oriente Medio”.
Paso a paso, intenta ir cada vez más lejos y enfrentarse a una vida llena de retos, proyectos y oportunidades. Eso se lo enseñó su padre Marcel, que hoy tiene 98 años y que sobrevivió al horror de los campos de exterminio, siendo protagonista del nacimiento del Estado de Israel. Tras haber emigrado a Canadá, Marcel Adams supo aprovechar sus notables intuiciones impresariales y construyó un verdadero imperio en el sector inmobiliario. Sylvan, como también sus hermanos, ha tenido una buena vida, pero nunca ha perdido el contacto con la “realidad”. En efecto, conoció a la que un día sería su mujer mientras trabajaba en un kibutz en el sur del país, cerca de la ciudad de Asdod.
Se casó en Inglaterra, se mudó a Canadá, tenía sus negocios por gestionar. Todo le iba bien, pero él necesitaba nuevos retos. Hace dos años, Sylvan tuvo la intuición de volver otra vez a Israel.
Nos dice: “Soy un ferviente sionista, me pareció la mejor opción”.
El nuevo capítulo se desarrolla justo en el marco del ciclismo, deporte en el que Sylvan sobresale desde hace ya mucho tiempo, participando en las competiciones de la categoría sénior. De hecho, ha monopolizado durante años las clasificaciones de muchas carreras en Montreal y en la provincia de Quebec y ha sido dos veces campeón del mundo en su categoría.
“Y eso que empecé tarde a montar en bici. Parece que tengo madera”, dice sonriendo otra vez (lo hará muy a menudo a lo largo de la entrevista).
En Tel Aviv no se entrena tanto como le gustaría. Dice que no tiene suficiente tiempo libre como para salir de excursión. Por eso ha decidido hacer construir una pista cubierta cerca de su casa. Eso le permite ir de su salón a la pista en cuestión de segundos y, desde que monta en bici hasta que no termina su entrenamiento, da siempre lo mejor. “Así soy yo, ¿qué le vamos a hacer?”.
Para darse cuenta de su forma de ser, hubiera sido suficiente verlo hace unas semanas durante una carrera entre Florencia y Assisi, en la que conmemoró la ruta que había recorrido el célebre ciclista Bartali en los cuarenta, enfrentándose a unos ciclistas mucho más jóvenes.
“Es una cuestión de forma y de entrenamiento, pero también de tener mentalidad de campeones”, dice Adams, que quiere llevar esta mentalidad a Israel a través del Giro de Italia. El magnate añade: “Tengo esencialmente dos objetivos en el marco de esta competición: en primer lugar, quiero que el mundo entero se interese por este país maravilloso para mostrar lo abierto, lo tolerante, lo inclusivo, lo pluralista, lo libre y lo seguro que es, lo que atraerá nuevos flujos de turistas, incluso en bicicleta, porque el contacto tiene que ser directo, con un testimonio ocular y no filtrado por una narración facciosa sobre los hechos de Israel y del Oriente Medio”.
El segundo objetivo, implícito, es el de aumentar el interés por el ciclismo en un país donde normalmente se suele dar más importancia a otros deportes, como el baloncesto o el fútbol.
“Estoy seguro de que esta experiencia afectará de manera positiva a los israelíes, porque verán a sus ciclistas competir por las calles del país y luego en Italia. Tener la segunda carrera ciclística más importante del mundo cerca de casa no es algo tan frecuente”. Adams termina diciendo: “Ya veréis que, dentro de poco, aquí será como en Europa.”
Dosier Ruedas y pedales. Traducción de Mariateresa Serafino y Arianna Mercuriali, estudiante de la Escuela Superior para Intérpretes y Traductores de la Universidad de Trieste, de prácticas en la oficina del periódico de la Unión de las Comunidades Judías Italianas.