BECHOL LASHON Español – Mucho más que un asilo político
Los sudaneses de fiesta por las calles de Tel Aviv, sus bailes y sus espontáneas ganas de volver pronto a casa demuestran mejor que cualquier otra teoría que han llegado a Israel a la fuerza. No han ido allí a robarle el trabajo a nadie, es más, nunca han tenido la intención de robar.
Las especulaciones y las polémicas estériles que desde hace años atañen a Israel, chocan con la realidad de los hechos. Solo cabe esperar que Sudán esté realmente dispuesto a emprender un camino democrático.
“Si un esclavo huye de su amo y te pide refugio, no se lo entregues a su amo, sino déjalo que viva en medio de ti, en la ciudad que elija y donde se sienta más a gusto, y no lo oprimas” (Deut. 23: 16-17): la tradición judía aplica este mandamiento a cualquier esclavo, ya se trate de un judío o no. Esto es mucho más que un asilo político: se nos exige no “oprimirlo”.
Refiere el Midrash Sifrí que la Torá usa estas palabras para indicar la opresión verbal, o sea prohíbe aborrecer al que haya encontrado refugio en nosotros, es decir nos impide reprocharle su origen, como sea diferente. Podríamos replicar: “habrá que pedirle algo a cambio a esta persona, que acepte nuestra cultura…” ¡Pues no! Basta con que se respeten los preceptos noájidas, el conjunto de leyes que según el judaísmo constituyen los requisitos necesarios y adecuados para una sociedad civil y que por tanto deberían ser patrimonio común de la humanidad.
Michael Ascoli, rabino. Traducido por Arianna Mercuriali, estudiante de la Escuela Superior para Intérpretes y Traductores de la Universidad de Trieste, de prácticas en la oficina del periódico de la Unión de las Comunidades Judías Italianas.