“En una Italia más vulnerable a causa de las crisis, el odio antisemita se propaga”

Por Daniel Reichel

En una sociedad vulnerable, afectada por los efectos de la pandemia, del conflicto y de la inflación, los sentimientos de incertidumbre, de frustración y de rabia aumentan. Crece también la tendencia de buscar un chivo expiatorio y, como consecuencia, sube el número de los episodios de antisemitismo. Se trata de un asunto analizando cuidadosamente en el último informe del Osservatorio Antisemitismo de la Fundación italiana CDEC. El informe, editado por la socióloga responsable del Osservatorio Betti Guetta, junto con los investigadores Stefano Gatti y Murilo Cambruzzi, evidencia una tendencia preocupante.
Es decir, en Italia, en 2022, con respecto al año precedente, hubo un aumento, aunque leve, de acciones y hostilidad contra los judíos. En especial, el Osservatorio identificó 241 episodios de antisemitismo, un dato que resulta ser levemente más elevado comparado con los 226 episodios de 2021. Entre ellos, 164 se refieren al antisemitismo en la red mientras que 77 son episodios concretos: 2 agresiones, 10 casos de amenazas y un grave acto de vandalismo contra la sinagoga de Trieste.
“La principal matriz ideológica que alimenta el odio contra los judíos – se subraya en el informe – sigue siendo la matriz de conspiración que se basa en viejos mitos de un supuesto poder judío. Estos mitos se hacen modernos y se adaptan a una realidad contingente como la pandemia de coronavirus, la guerra contra Ucrania o la crisis energética”. Esta es una de las razones de la enorme peligrosidad del antisemitismo: su capacidad de ser siempre actual. Es un fenómeno que se insinúa de una manera aún más fácil en una sociedad como la italiana, que parece cada vez más confundida e incapaz de entender las transformaciones del presente. Por lo tanto, es más propensa a recaer en la dinámica del chivo expiatorio.
El informe del Osservatorio lo indica claramente y vuelve a proponer algunos datos de encuestas de opinión pública que explican cómo hoy el 57,7 % de los italianos lamenta tener una idea muy o bastante confundida sobre lo que está pasando. Además, el 56,5 % (el 73% de ellos tiene un nivel de estudios medio-bajo) está convencido de que hay una casta mundial de seres poderosos que lo controla todo. El próximo paso va a ser acusar a la comunidad judía, contra la cual sigue existiendo el venenoso prejuicio que la representa como una minoría que controla el mundo.
“En los tiempos de crisis y cuando se buscan culpables, el antisemitismo emerge y se engancha a los antiguos estereotipos del dinero, del poder y de la habilidad en el comercio. – explican los investigadores del CDEC – La reducción del umbral de los tabús y la radicalización verbal que se difunde cada vez más en las redes sociales aumenta la propagación de la intolerancia y del antisemitismo”.
“Estamos ante la cuestión del canario en la mina de carbón – señala el director de la Fundación CDEC Gadi Luzzatto Voghera a Pagine Ebraiche – Los judíos siempre han sido la prueba decisiva de las vulnerabilidades de la sociedad. Si el antisemitismo aumenta, significa que hay algo en la sociedad que no funciona. En el informe quisimos relacionar de manera directa la crisis, la inestabilidad, el aumento de la incertidumbre y del miedo con el aumento del antisemitismo: es algo automático. No hay que ser científicos sociales para entenderlo, pero hay que decirlo claramente. Si damos respuestas a la crisis, contestamos también a muchos problemas que tienen que ver con el antisemitismo”. No a todos, pero sí que hay una fuerte correlación.
A continuación, el informe se centra en los jóvenes y el prejuicio. Es un tema que ha vuelto a llamar la atención en los medios de comunicación tras el acontecimiento contado por Dario Disegni, el presidente de la Comunidad Judía de Turín, acerca de un niño judío insultado por sus coetáneos con la frase “hace un tiempo te íbamos a quemar”. El mismo Disegni ha vuelto a hablar de este suceso en las últimas horas durante una larga profundización dedicada al antisemitismo en el programa “Che giorno è” de la estación de radio italiana RadioRai 1, con la colaboración de los invitados Luzzato Voghera y Milena Santerini (docente de Pedagogía en la Universidad Católica de Milán). Ha sido una ocasión para confirmar, como ya había hecho Disegni, que es necesario educar a las nuevas generaciones para que reconozcan el veneno del prejuicio y las noticias falsas, sobre todo en internet. “Se necesita una preparación adecuada para que no caigan en las distorsiones de la realidad de los que consideran a los judíos como los culpables de todos los males”, ha afirmado Disegni.
“Por supuesto, hay que trabajar con los jóvenes. – declara Luzzatto Voghera – Reciben informaciones de muchísimas fuentes, muy a menudo poco confiables, y para ellos es cada vez más difícil evaluarlas. Y lamentablemente, muchas de estas fuentes adoptan unas retóricas de conspiración y, por consiguiente, antisemitas. Luego, los chicos se enteran y estas retóricas se quedan en su mente, a pesar de los itinerarios educativos estructurados”.
Celebrar el Día de la Memoria ya no es suficiente, añade el historiador. El Osservatorio mismo lo ha demostrado mediante un estudio llevado a cabo en dos institutos de Roma. De las respuestas a un cuestionario resulta que el 90 % de los estudiantes encuestados afirman que es importante recordar la Shoah. Por otra parte, el 27,7 % de los mismos estudiantes están de acuerdo, en parte o totalmente, con que los judíos poseen grandes patrimonios (el 44 % declara que no sabe). El 24 % considera cierto que “los judíos tienen mucho poder y mucha influencia en el mundo de la finanza y en la política mundial” (el 45 % declara que no sabe).
Se trata de datos que, según el director de la Fundación CDEC, hay que analizar con más atención. De hecho, esos datos representan claramente “un prejuicio arraigado y difundido en las familias italianas, de matriz religiosa, que se alimentó durante el fascismo por un proceso que educaba al antisemitismo y al racismo”. Es un proceso que sigue teniendo efectos en el presente.
“En las familias siguen circulando retóricas sobre los judíos que detienen el poder, sobre los judíos y el dinero. De esta forma, se arraigan en la mente de los chicos, se hacen parte integrante de comportamientos que luego escapan al control de las mismas familias”.
El caso de Turín mencionado antes puede ser un ejemplo. Para hacer frente a todo esto se necesita trabajo en las escuelas, también por parte de los profesores, que “a menudo tienen los mismos prejuicios”. “Lo importante es no hacerse ilusiones. – subraya Luzzatto Voghera – No es que con el trabajo se derrota el antisemitismo. El antisemitismo es un elemento estructural de la realidad actual”.
Hay que comprenderlo para poderlo contrarrestar, sobre todo en un país como Italia en el que sigue presente en muchas narraciones. “Según las encuestas de opinión pública en Italia – se lee en el informe – existe un porcentaje de antisemitismo que no es mínimo (alrededor del 10 %), pero permanece un área extendida de prejuicios, ignorancia, actitudes de intolerancia o de rencor hacia los judíos que caracteriza las relaciones entre judíos y no judíos. En ocasiones, también en ausencia de judíos”.
“Las matrices ideológicas que alimentan el antisemitismo en Italia son las teorías conspiratorias, el neonazismo, el antisionismo, además de una antipatía genérica y abstracta muy difundida contra los judíos’”.
Habida cuenta de los recientes acontecimientos, el director de la Fundación CDEC se dice preocupado por la violencia y por el extremismo de derecha, haciendo hincapié en la ausencia de condenas por parte del Gobierno por lo ocurrido en Florencia, donde unos extremistas golpearon a un estudiante del instituto.
“Ha sido un acto muy visible y grave. Es inútil que el Gobierno esconda la cabeza bajo la arena como los avestruces. En aquel tipo de ambiente de Florencia hay unas retóricas muy conocidas y notas, practicadas por muchísimos grupos que apoyan a este Gobierno y que siguen el camino del fascismo de la República Social Italiana. Es decir, un fascismo estructuralmente antisemita. Se caracteriza, por ejemplo, por un antisionismo propio que se basa en el antisemitismo clásico y muy evidente, que destruye las declaraciones contra el antisemitismo de este Gobierno”. Estos extremistas, concluye Luzzatto Voghera, son muy peligrosos y se necesita una intervención inmediata.
Hablando de intervenciones, en el informe hay propuestas con respecto a la lucha contra el antisemitismo: “tiene que asociarse a una fuerte recuperación del respeto, del conocimiento, al crecer junto a la compasión, a la educación a la acogida y a la responsabilidad hacia los demás.
Para hacer frente al antisemitismo hay que ponerlo en relación con otras formas y expresiones de discriminación y racismo; hay que favorecer el conocimiento de la cultura y de la religión judía; hay que promover la educación a los nuevos medios de comunicación en internet y a la alfabetización digital”, explican los autores del informe.
Además, es necesario trabajar “en el mundo del deporte, sobre todo en el futbol; hace falta contrarrestar la propaganda de odio y antisemitismo mediante medios de contra-narración; es fundamental reforzar la legislación en materia de lucha contra el antisemitismo, a las demás formas de discriminación y apología del nazi-fascismo”.

Traducido por Francesca Pischedda y revisado por Diana Drudi, estudiantes de la Escuela Superior de Intérpretes y Traductores de la Universidad de Trieste, pasantes en la oficina del periódico de la Unión de las Comunidades Judías Italianas – Pagine Ebraiche.