Israel, un Giro muy especial

giroPagine Ebraiche staff

El maratón que se corre cada mes de marzo y que cuenta ya con una participación vastísima (también de Italia) ha consagrado la ciudad de Jerusalén como importante destino deportivo.
Sin embargo, un evento como el Giro de Italia aún no se había visto en Jerusalén.
“Nuestro mensaje resulta muy claro: esta ciudad está abierta a todos, sin distinción de nacionalidad, religión o cultura” afirma Nir Bakat, el alcalde corredor de la capital de Israel. Puertas abiertas para el gran ciclismo, puertas abiertas para el Diálogo. Tres días históricos. Y muchas señales importantes por captar.
“Afrontar y gestionar conflictos es nuestro desafío diario. Un desafío cuyas consecuencias son claramente globales” añade el alcalde.
Jerusalén se ha preparado escrupulosamente para el evento, con una atención y una participación que han aumentado gradualmente hasta alcanzar niveles sorprendentes para los mismos israelíes. Y no son solo los Italkim, los italianos en Israel, quienes esperan ansiosamente la salida del primer ciclista desdela zona de la Puerta de Jaffa, sino la ciudad entera y toda la comunidad de aficionados y neófitos. En el fondo, es un sueño del país entero, puesto a prueba con la manifestación más relevante que se haya celebrado en su territorio. Una ocasión única, y de esto ya se ha enterado todo el mundo. Pedaleando por los primeros metros del recorrido en compañía de Alberto Contador y de Ivan Basso en ocasión de la presentación de la salida del Giro el pasado septiembre, Berkat mostraba orgullo y conciencia. “Se trata de una gran responsabilidad, que vamos a acoger con satisfacción y con la intención de dar lo mejor de nosotros. Estaremos a la altura” explicaba luego a la prensa. Sylvan Adams, el presidente honorario de la Grande Partenza, asentía con la cabeza. “Y esto es solo el principio, señor alcalde. Solo el principio…” decía luego sibilino, sugiriendo la intención de dar continuidad a proyectos de cierto tipo (esto lo hablaremos más adelante en este dosier). Son muchos los que en estos meses han seguido su ejemplo. El primero fue el mismo Primer Ministro Benjamin Netanyahu, protagonista de un vídeo divertido de promoción del Giro en el que se desplaza en bicicleta en vez de emplear el habitual coche blindado. Una actividad en la que además parece sobresalir, con acrobacias dignas del mejor alambrista. Es de ficción, pero describe muy bien la atmósfera. Varios observadores la han definido como la “Carrera de la paz”. Sin duda es un Giro histórico.
“El año pasado había mucha tensión debida al número 100, pero este año tenemos que añadir algo más: una emoción más, un esfuerzo más en la retransmisión” subraya el directo de Ray Sport Gabriele Romagnoli. Cientocincuenta horas en toda la programación, de Israel al epílogo romano.
De hecho, los medios de comunicación están interesándose mucho por esta competición. Luca Gialanella, el redactor jefe para el ciclismo del periódico italiano Gazzetta dello sport y responsable de la cobertura periodística de la carrera del periódico que la organiza desde hace 101 años, ha visto muchas cosas. Así que tiene todo lo necesario para reconocer y aprovechar el viento de la novedad.
“Para un mundo tan conservador como el del ciclismo- nos explica –este Giro representa un hecho histórico, ya que se rompen las cadenas que lo ataban a Europa. Se demuestra que se puede llevar la carrera a cuatro horas y media en avión de Milán, creando una sugestión irrepetible. Nos acordaremos de este Giro durante muchos años, un verdadero golpe maestro por parte de los organizadores”.
“En el mundo no había otro lugar tan icónico como este. Jerusalén, la ciudad de la paz y del diálogo. Una ocasión especial para reflexionar sobre la región, sobre lo que funciona pero también sobre las deficiencias que quedan por resolver. Estoy seguro- dice Gianella –de que esta carrera sembrará bien para el futuro”.
Quien hable, entonces, de meros negocios, concluye, “está muy equivocado”.

*Dosier Ruote e pedali (Ruedas y pedales), Pagine Ebraiche Mayo 2018.
Traducción de Francesca Antonioli y Mariateresa Serafino, estudiante de la Escuela Superior para Intérpretes y Traductores de la Universidad de Trieste, de prácticas en la oficina del periódico de la Unión de las Comunidades Judías Italianas.